ALEJANDRO TUMANOFF OROÑO Provincia de Santa Fe
Capilla San Jose Oroño uno de los tantos pueblos que ha involucionado casi a punto de desaparecer. Había nacido en 1873 y cerrada administrativamente como Comuna en 1957, pasando a depender de la vecina localidad de Gessler. Ubicada en el centro de la provincia de Santa Fe, en el Departamento de San Jerónimo, a 66 km de la ciudad capital, Santa Fe. Se llega recorriendo unos 6 km de camino de tierra en buenas condiciones desde la localidad de Larrachea. El nombre de la desaparecida localidad se debe a que el dueño de estas tierras era Nicasio Oroño, heredadas de su padre Santiago. Santiago Oroño (1802-1869) fue militar y estuvo al mando del Brigadier Estanislao López. Hacia 1836, consigue, luego de un enfrentamiento con los indios y gracias a sus triunfos en distintas batallas, su ascenso a capitán. Además, el gobierno provincial le dona una fracción de tierra en Coronda para fundar un establecimiento de campo, que pueda contribuir al sostén de su familia. A la muerte de Santiago, parte de estas tierras fueron heredadas por su hijo Nicasio. Nicasio Oroño (1825-1904) nació en Coronda, desde su juventud combatió contra Rosas y al servicio de Urquiza se halló en la batalla de Caseros. Fue legislador provincial y nacional, siendo electo gobernador de su provincia natal en el periodo 1865-1868. La Colonia fue fundada en 1873 en tierras propiedad de Don Nicasio. Esos terrenos se vendían con muchas facilidades a los inmigrantes que poco a poco se fueron afincando en la zona. Además, donaría una fracción de tierra para el paso del Ferrocarril Provincial de Santa Fe y la construcción de la estación, la cual lógicamente se denominaría Oroño. En 1888 se inauguraba la línea desde Coronda hasta Gessler en la cual como estación intermedia estaba Oroño. En 1886 Oroño tuvo su propia Comuna. Hacia fines del siglo XIX contaba con una escuela primaria, una capilla en honor a San José, almacenes de ramos generales, boliches, panadería y hasta una farmacia. En 1885 se instala en la Colonia Oroño el Molino San Fernando, lo que da un fuerte impulso a la localidad convirtiéndose en uno de los pilares de la economía regional, en pleno auge del modelo agro exportador, logrando atraer a muchas familias que se instalaron en Oroño.
Restos del Molino Harinero "San Fernando"
Declarado de interes historico Oroño llegó a ser en los últimos años del Siglo XIX una colonia mucho más importante que otras vecinas. Pero en los primeros años del siglo XX el molino sufrió un incendio y quedo cerrado un tiempo. Luego volvió a funcionar, pero nuevamente se incendió y ya no abrió más. Esto fue un duro golpe para el pueblo ya que se perdieron muchas fuentes de trabajo, lo que dio como resultado un lento y continuo descenso de la población, Según el Anuario Kraft para 1942 la población rondaba los 120 habitantes, la Colonia contaba aun con la Comisión de Fomento, comisaria, estafeta de correos, escuela fiscal y los almacenes de Alfonso Bertinetti y de Guersino Piccoli. Se sembraba trigo, lino, maíz y alfalfa, criándose ganado vacuno, lanares, porcinos y equinos. La gente continúo emigrando trasladándose a la Colonia Gessler o a Coronda. Ya la estación Oroño dejo de ser tal para convertirse en simple parada ferroviaria, habilitada solamente para ascenso y descenso de pasajeros. Como consecuencia del despoblamiento en 1957 la Colonia fue suprimida y su administración pasó a estar bajo jurisdicción de la comuna de Gessler, distante 6 km al norte. El golpe de gracia a lo que quedaba de la Colonia Oroño fue la clausura del ramal ferroviario en 1960 y su posterior levantamiento. Al llegar hacia los laterales del camino de tierra es todo monte, una entrada deja ver lo que me parece es la única casa habitada del lugar. Siguiendo el camino está la pequeña y modesta Capilla San Jose aun en pie, pero cerrada. Un poco más adelante los fantasmagóricos restos del molino harinero. Un par de carteles colocados por la Comuna de Gessler nos indican que las ruinas del Molino harinero San Fernando fueron declaradas de interés histórico de la provincia por Decreto 4558/1995. Los incendios y el paso del tiempo fueron arruinando la sólida construcción de ladrillos, igual se aprecia la magnitud de la edificación para un paraje tan pequeño. De las viviendas prácticamente no quedan rastros, algo de la escuela pública, no mucho más. Lo siguiente fue encontrar en el medio de un espeso monte la estación ferroviaria, daba para pensar que no quedaba nada, pero ya tenía información de que algunos restos perduraban. Luego de varios intentos, logré llegar cruzando por un campo sembrado de soja, así la encontré a unos 450 mts del camino. Solo queda la mampostería tanto de la estación como del galpón de carga con sus respectivos bordes de anden de ladrillos. Ya no tiene techo ni carpinterías, se nota que fueron saqueadas todas sus partes metálicas, por supuesto las vías del ramal fueron levantadas hace mucho tiempo. El tiempo, el avance de la vegetación y el hombre fueron destruyendo este sitio cargado de historias y recuerdos.
Restos del molino
Ingresamos al molino con cuidado
La paredes del molino de espesor considerable
En el medio del monte surge la figura de la estacion ferroviaria
Ganó la vegetacion
El borde del anden de ladrillos de canto
Restos del galpon de carga con su anden elevado
Otra vista del galpon, la cubierta y las carpinterias desaparecieron Anuario Kraft, año 1942
Fuente consultada diario “El litoral”
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